"Me asombra los niveles de hipocresía que estamos alcanzando"
Son las palabras de una vecina anónima de Rubí que no ha querido dar sus datos. Para personalizar al "denunciante", nos dirigiremos a ella como "Micaela". Micaela es una mujer de 58 años, vecina de Rubí y oriunda de Badajoz. Hace 32 años dejó su localidad para instalarse en Rubí y comenzar su nueva vida. Con 28 años tuvo a su primera y única hija. Hace 2 años, se separó por malos tratos. "Su separación fue el momento más feliz de nuestras vidas", nos escribe.
Desde que su hija empezó a sufrir los malos tratos de su exmarido, Micaela luchó para que su hija abriera los ojos. "...fue una tarea muy dura, para mí y para mi marido...", nos confiesa. La madre de la maltratada, se involucró en asociaciones contra el maltrato junto con su hija.
Pero el motivo del email de nuestra amiga no es contar su vida, como ella dice. Su queja, y citamos textualmente es "...por la hipocresía de los jóvenes, de los partidos que gobiernan y de los irresistibles desnortados que gastan dinero en cosas absurdas.
"Qué bonito queda celebrar, un 8 de marzo, el día de la mujer o el día contra el maltrato a la mujer, el 25 de noviembre. Es indignante ver cómo tu marido te acobarda cada día mientas sales a la calle y te encuentras bajo un manto de paraguas morados. Es curioso, sufres el maltrato físico o psíquico en tu casa y a lo que se dedica una pandilla de gastapresupuestos a colgar paraguas morados. ¿Es que nadie es consciente? Me asquea pasear por esa calle, es más, la esquivo.
La necesidad de abrir los ojos a una Administración Local es, quizá, más urgente que "colgar paragüitas morados". Porque mientras colgamos esa patochada en la calle, tenemos bares o terrazas atestadas de "hombres" sin ni una sola mujer. No seamos estúpidos, esto no es cultura, es machismo puro y no podemos quedarnos de brazos cruzados o colgando paraguas morados en la zona centro de Rubí. Habrá quien diga: "...no, si hay que ser abierto y recibir sus culturas..." o "...no, yo respeto que cada uno haga lo que quiera con su vida...". Y yo pregunto: qué haréis cuando sus hijos, que están mamando esa cultura machista en su casa, se vaya a vivir fuera de casa con tu hija? A qué hay que esperar, ¿a que tenga a tu hija por un palo de fregona? ¿A que se quede en su casa cuidando a los hijos cuando el "marido" esté con sus amigos por ahí?
Es urgente tomar medidas de educación y de integración para esta comunidad. Por favor, no es una cuestión de racismo, sino de integración, de verdadera integración e inclusión. Y si nadie se involucra con esta comunidad, Rubí, Barcelona, España y el Mundo, será una balsa de aceite y agua. Señores políticos, dejen de colgar paraguas en las calles. Niñas feministas, leed y dejad de pintar y ensuciar las paredes de Rubí con textos inútiles empañados de políticas turbias.